Rosalía Lombardo fue
una pequeña de 2 años que falleció de neumonía en Palermo Italia en el año de 1920,
hace 94 años.
Su padre devastado
ante la tragedia llamó al Dr. Alfredo Salafia para embalsamar el cuerpo de la
pequeña. El Dr. Salafia era un prestigioso embalsamador de esa época, era
famoso por haber estudiado las técnicas de momificación de las tumbas
faraónicas de Egipto.
Recientemente el cadáver de la niña fue descubierto en las Catacumbas Capuchinas
de Palermo; entre todos los cuerpos hallados, el de la niña era el único que
seguía totalmente intacto. Se creía que todo se debía a las técnicas de
momificación muy bien empleadas por el Dr. Salafia. Pero algo intrigante estaba
por ocurrir.
Una cámara dispuesta para registrar imágenes cada 60 minutos
fue colocada para que tomara el rostro de la niña. Los ojos de Rosalía se abren
y cierran todos los días intrigando a las personas que a menudo terminan por creer
que se trata de un milagro y que la niña
es una santa.
Que sucede en realidad, la explicación científica es que supuestamente no existe nada paranormal en este fenómeno.
Los flashes de la cámara fotográfica que rastrea las imágenes de la momia causan
una foto-descomposición del cuerpo y en conjunto con el cambio de la humedad,
hace que los ojos de Rosalía se abran cada cierto tiempo, causando este insólito
resultado.
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